En la biblioteca vive el Mono de la Tinta. Se esconde entre mis libros y acecha mis tinteros. Cuando cree que no lo veo, olisquea mis lapiceras. Se trepa a una pila de libros y, por sobre mi hombro, trata de adivinar qué escribo. Escucho su respiración acompasada, anhelante, mientras lee. Lo sospecho en puntas de pie, haciendo equilibrio, pero, cuando me doy vuelta, siempre desaparece.

Dos cosas le gustan sobremanera: La tinta y las historias.

El otro día, al caer el sol, me acerqué silenciosamente. Me escondí en las sombras, detrás de las cortinas. La noche avanzaba lenta como el río espeso de mis sueños.

Entonces, cuando ya casi se me cerraban los párpados, lo vi: se acercó canturreando una cancioncita pegadiza y destapó todos los tinteros en un bailecito alegre. Después, sentado sobre sus patas sacó una historia del tintero con sus dedos largos.

“Había una vez…”. Y la tinta, sangre del cuento, se deshizo en gotas negras sobre el piso, desmigajándose en mil historias de dragones, de caballeros, de batallas, y en la historia de un mono que bebe tinta, una tinta negra y brillante, como los ojos negros del Mono de la Tinta

Gabi Casalins, septiembre de 2013

jueves, 11 de junio de 2020

Agu Trot de Roald Dahl, ¿una historia de amor de nuestros tiempos?


  Agu Trot de Roald Dahl, ¿una historia de amor de nuestros tiempos? por Gabi Casalins



           Agu  Trot es la última novela de Roald Dahl. Fue editada por Puffins Books y se publicó en 1990. Iustrada por Quentin Blake, su publicación sobrevino justo en el año del fallecimiento del escritor.
A propósito de Quentin Blake,  ésta es una de sus novelas  favoritas, y en 2013, según detalla el sitio oficial del escritor, el ilustrador presentó una versión en audio narrada por él mismo.


Existe también un film de 2014 para la televisión de la BBC que se llama “Esio Trot”, con Dustin Hoffman y Julie Dench como reparto.
Entrando en materia, podría decirse que Agu Trot es una historia de amor, y no nos equivocaríamos. Ahondaremos en este aspecto más adelante. 
Sin embargo, como en toda novela de Dahl, ese es sólo el fragmento de hielo que sobresale del océano, mientras que “la magia” permanece sumergida para los lectores agudos. Rolad Dahl es un escritor “iceberg”, sin duda.
Fiel a su impulso lúdico, el escritor comienza  con el juego  desde el título, que no es otra cosa que la palabra “tortuga” escrita al revés. En el original en inglés, el juego propuesto es doble: la novela se llama “Esio Trot”, si leemos al revés la palabra que se nos aparece es “Tortoise”, que en dicha lengua define a la tortuga terrestre y no a la acuática, a la que se  denomina “turtle”. Doble juego en la lengua madre que nos hace adivinar desde el mero título, de qué tipo de animal se hablará y se le suma a esto la dificultad del juego lingüístico de la escritura al revés. Perdemos esta instancia en la traducción, pero la historia no deja de ser cautivante por eso, es más, creo que hoy cobra aún más vigencia por algunas cuestiones del paradigma de la relación amorosa entre el hombre y la mujer que han cambiado y mucho, en este siglo veintiuno que estamos transitando. Luego nos ocuparemos de ellas.
Al parecer, y según cuenta el mismo Roald Dahl en una conferencia ofrecida  en la Wright University en Ohio en 1978, la historia le sobrevino en una visita que realizara al departamento de una de sus hijas que vivía en Londres. Desde aquel balcón, podía observar, en el piso inferior, el balcón de una vecina que tenía como mascota a una tortuga terrestre. Esto motivó su frondosa imaginación e hizo nacer esta historia de amor. El fragmento completo de la conferencia está, junto con otros valiosos documentos y borradores de puño y letra del escritor, en el sitio oficial al que con anterioridad nos refiriéramos.
De dicha conferencia extraemos y traducimos una perla que da cuenta del proceso de la escritura de Roald Dahl en esta novela, pero que es aplicable a su narrativa completa y que habla de un hecho biográfico, cuándo apareció en su vida la escritura y de sus disparadores para la misma, el absurdo y la comicidad, cito:
(…) What is interesting about writing is that, unlike wainting or composing music, one nearly always comes to it latish in life, usually in the late twenties or thirties.
Now the only point in telling you this little story is to try to illustrate how the mind of a writer of fantasy works. It is eager all the time to embrace what is absurd and far-fetched and above all what is comic(…)".
(Traducción: “Lo interesante de la escritura es que, a diferencia de escribir o componer música, a la 
misma  casi siempre se llega algo tarde en la vida, generalmente cuando uno tiene entre veinte o treinta años.
Ahora, el único punto para contarles esta pequeña historia es tratar de ilustrar cómo funciona la mente de un escritor de fantasía. Está ansioso todo el tiempo por aceptar lo que es absurdo y descabellado y, sobre todo, lo que es cómico. ")


                    Al parecer, entonces, la idea sobrevino completa, prendida a este hecho fortuito de haber observado a la mascota de la vecina y haberse “dejado ir” en elucubraciones disparatadas e hipótesis de escritura sobre un animal y su entorno humano, uno de los tópicos que también podemos observar en “Súper Zorro”, “Los Mimpins”, “La jirafa, el pelícano, el mono y yo”, o, porque no, “Las Brujas”, por poner algunos ejemplos.
                 El animal en cuestión se vuelve puente, excusa, trampolín o metáfora de las actitudes del ser humano, es su visibilizador automático: en el caso de Agu Trot la tortuga de Mrs. Silver, Alfie, metaforiza todo el amor que esta viuda tiene para dar. Es la típica mascota-hijo y en ella ha puesto Mrs. Silver todo sus amor y preocupación. Es solamente este hecho lo que permite que el engaño perpetrado por Mr. Hoppy surta efecto.
                   En resumidas cuentas, el amor que Mr. Hoppy es incapaz de verbalizar a Mrs. Silver, de quien está tan profundamente enamorado como de las flores de su balcón, se viabilizará con un artilugio que involucrará a Alfie. Porque, en realidad Mr Hoppy desea fervientemente el lugar de Alfie y es por eso que decide arrebatárselo:
Todos los días, cuando el Sr Hoppy se asomaba al balcón y la veía susurrando a Alfie palabras cariñosas y acariciándole el caparazón, se sentía absurdamente celoso. Ni siquiera le hubiese importado convertirse en tortuga si ello hubiera hecho que la señora Silver le acariciase el caparazón todas las mañanas, susurrándole palabras cariñosas”.
Mr. Hoppy decide cambiar el centro de atención de Mrs. Silver de Alfie a su persona: la estratagema se basa en la preocupación de Mrs. Silver por el lentísimo crecimiento de Alfie (algo que es propio de la tortuga terrestre, pero que ella desconoce). Por eso intercambiará tortugas paulatinamente más pesadas y le dará a Mrs. Silver un conjuro escrito al revés que ella usará como sortilegio para lograr el crecimiento.
En el texto, ese conjuro exhorta básicamente a la tortuga a alimentarse y crecer. La dificultad de la lectura al revés lo torna enigmático, básicamente porque el lector de dicho texto no está esperando este tipo de lectura. Por otra parte, cabe señalar que esta idea de conjuro o ritual rítmico se ve reforzada en la versión en inglés que resulta a ojos vista más orgánica y rítmica que en castellano.
Les proponemos la lectura de ambas para realizar la comparación.
ESIO TROT, ESIO TROT!                                            (Tortoise, tortoise!
TEG REGIBB, REGIBB!                                               Get bigger,bigger
EMOC NO, ESIO TROT,                                                Come on, Tortoise!
GNIPS PU, WOLB PU, LLEWS PU!                        Swell up, blow up, sping up!                    
EGROG! ELZZUG! FFUTS! PLUG!                           Gulp, stuff, guzzle, gorge!         
TUP NO TAF, ESIO TROT, TUP NO TAF!            Put on fat, tortoise, put on fat!
TEG NO, TEG NO! ELBBOG DOOF!                       Gobble food! Get on, get on!

 Y en castellano:
AGU TROT, AGU TROT,                                                    Tortuga, tortuga
¡ETZAH ROYAM, ROYAM!                                         ¡hazte mayor, mayor!
¡ECERC,ETAHCNIH, EBUS!                                       ¡Crece, hínchate, sube!
¡ETATNAVEL! ¡ETALFNI! ¡EDNEICSA!               ¡Levántate,! ¡Ínflate! ¡Asciende!
¡ELLUGNE! ¡APMAZ! ¡AGART!                                ¡Engulle! ¡Zampa! ¡Traga!
¡ADROGNE, AGU TROT, ADROGNE!                     ¡Engorda, Tortuga, engorda!
¡ETALLORRASED, ETALLORASED!                     ¡Desarróllate, desarróllate!
¡EMOC UN NONTOM!                                                 ¡Come un montón!
 Así, el juego propuesto por el autor se instaura desde todos los puntos de vista posibles: el argumental, el lingüístico, el de la caracterización de los personajes.
En la caracterización de los personajes nos detendremos un tanto. Mr. Hoppy es un hombre sesgado por una timidez irremediable. Por el contrario, Mrs. Silver, como lo indica su apellido (silver: plata), brilla y se muestra como una de las innumerables flores de Mr. Hoppy. Sí, ella se muestra, es capaz de mostrar sus emociones, preocupaciones y cuidados ante Mr. Hoppy  y ante el mundo.
Tal vez el apellido del protagonista Hoppy, que quiere decir “lupulado”, es decir que tiene lúpulo, como la cerveza, nos remita a una parte de su persona que añora la alegría de la fiesta y la felicidad en la vida. Por otra parte, tal vez haga referencia, según nos parece, fonéticamente a la palabra inglesa “happy”, hecho que reafirmaría la idea de sus deseos secretos ante una timidez que le cercena toda posibilidad de asomo a la fiesta de la vida. Un “hoppy birtday”, no entraría en su realidad, pero para decidirse a perpetrar el engaño que pone en funcionamiento, ciertamente algo en su carácter oculto está “lupulado”, es decir debe ser festivo para animarse al engaño.
Los recursos a utilizar pueden resultar hoy día controversiales y machistas: la suposición de que Mrs. Silver no se dará cuenta de que la engaña con el crecimiento de las tortugas, entraña una mirada de la mujer desde el dominio del hombre, quien la ve como una niña. Aunque tenga buenas intenciones e incluso esté profundamente enamorado, Mr. Hoppy utiliza un arma de engaño porque no es capaz de exponerse como amante ante ella. Eso es claro en la ecuación de este amor.
Por otra parte, Mrs. Silver también está integrada a un paradigma de sujeción al hombre: ante la posibilidad de saber cómo hacer crecer a Alfie, ella dirá: “¡Dígamelo! ¡Se lo ruego, señor Hoppy! Seré siempre su esclava.” Lo que corrobora la teoría es la respuesta silenciosa de Mr. Hoppy: “Al oír las palabras “seré siempre su esclava”, el señor Hoppy sintió un escalofrío de excitación.”
Y, más adelante, cuando por fin se unen en el añorado té que  Mr. Hoppy quería tener con ella, luego de la propuesta de matrimonio, Mrs, Hoppy le dirá: “¡No creía que llegara a pedírmelo nunca! ¡Claro que quiero casarme con usted! Aquí, a nuestro parecer, lo que ambiguamente se evidencia en su respuesta, responde a los patrones de una mujer de su época: la pasividad frente al varón que también puede esconder, su conocimiento de toda la trama y el engaño. ¿Lo develará el narrador? ¡De ninguna manera! En estas cuestiones Dahl es fiel a su época, ya lo ha evidenciado en su novela “Los Cretinos”, cuando muestra cómo el señor Cretino se burla de su mujer y la atormenta.
¿Y Alfie? Alfie es asimilable  a la figura de Mr. Hoppy, metido en su caparazón e hibernando largo tiempo, saldrá del mismo con la primavera para buscar la más bella flor para alimentarse.
En la historia, terminará comprado en una tienda de mascotas por Roberta, una niña que, finalmente lo  hará crecer feliz en el jardín de su casa. Igual que Mrs. Silver a Mr. Hoppy.











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