¡Bienvenidos todos después de las vacaciones al espacio de la Literatura infantil platense!
Esta vez les traemos a un querido poeta y narrador de nuestra querida ciudad de La Plata, quien, si bien no se ha dedicado a la escritura para niños, nos regala un cuento que habla sobre ellos.
Se llama Luis Edgardo Soulé, nació en San Nicolás de los Arroyos, es platense por adopción y, además, un querido amigo.
En la foto que vemos Luis está con su bisnieta y su esposa Clides.
Luis ha escrito poemas, cuentos y novelas y, al mismo tiempo, ha criado una gran familia. Algunos de sus nietos también escriben. Parece que lo que se hereda, no se hurta.
En cuanto a su tarea como poeta y narrador, les contamos que presentó su poemario "SUEÑOS POR VEINTE” en el año 1996 en
el Stand de la Provincia de Buenos Aires de la Feria del Libro .
Participó en “HOJAS
Y CUADERNOS DE SUDESTADA” del Taller de Poesía de Ana Emilia Lahitte
con “Hoja
nº 289".
También recibió el Primer Premio en el II Concurso Internacional Hespérides de
Cuento y Poesía que consistió en la publicación de su libro de cuentos “LA
NICOLASA Y OTROS
CUENTOS”.
Ha publicado un libro de cuentos que se llama “DESDE EL
CAFÉ” de Ediciones al Margen en junio de 2009 y, en diciembre de 2010
su poemario "SILENCIOS AJENOS".
También han publicado muchas de sus obras en variadas antologías poéticas:
"RETRATOS
DE PLATA Y FUEGO-POETAS PLATENSES-Ediciones Francotirador-1993—POESÍA UNIVERSAL
–ANTOLOGÍA BILINGÜE- (CASTELLANO-INGLES)- Editorial Red
Literaria-1998-ESCRITORES ARGENTINOS DE FIN DE SIGLO- Línea Abierta Editores
-1999 –MELODÍA DE COLORES-Centro de Estudios Poéticos-Madrid(España)
2007—ANTOLOGÍA POÉTICA-AGRUPACIÓN LITERARIA REGIONAL ALIRE- Chile -2007".
Como verán, ¡toda una vida dedicada a la Literatura!
El cuento que les presentamos se llama "Yo puedo" y la ilustración que lo acompaña es de una de las ilustradores del Mono de la Tinta, María Florecia Cassano.
¡Ahí va y esperamos que lo disfruten!
Gabi Casalins
Yo Puedo
Por Luis Edgardo Soulé
-Mi papá
dice que no se puede...
Diego lo
repitió por tercera vez, mirando de costado a Felipe que seguía con la vista
clavada en el suelo.
-Mi papá dice que no se puede...
-Tu papá no
sabe...yo puedo...insistió Felipe.
Lo venían discutiendo desde la tarde
anterior. Felipe había querido compartir con Diego—su mejor amigo—aquel secreto
celosamente guardado.
Diego lo miró fijamente con sus ojos
agrandados de asombro.
-No puede ser...es mentira...
Felipe insistió en que decía la
verdad. Se enojó con Diego que no creía, y en la primer esquina dobló para su
casa dando un rodeo.
Diego llegó a la suya con las
palabras de Felipe resonando en sus oídos.
Esperó que terminaran de cenar, para
hacer la pregunta que lo tenía tan preocupado.
-¿Quién te
contó eso..? te hicieron un chiste...- le dijo sonriendo su padre- ¿cómo podes pensar que sea
cierto..?... es imposible.
No preguntó más. Ante la sonrisa burlona
de sus padres, dio las buenas noches y se fue a dormir.
Al día siguiente, desde su llegada a la
escuela y durante toda la mañana, se miraron con Felipe sin hablarse.
Salieron juntos, caminando lentamente.
Recién entonces Diego se animó a decir:
-Tu papá no
sabe...yo puedo...si querés ver, vamos al campito de las vacas y te enseño.
-Vamos…-dijo Diego
bastante asustado y no muy convencido.
Se fueron apurados porque se hacía tarde y el sol se estaba poniendo.
-... ¿Será
posible..?—se
preguntaba Diego.
Llegaron, Felipe siguió hasta el fondo
del terreno, mirando hacia arriba, al cielo.
Diego lo siguió expectante.
Felipe sacó un espejo de su bolsillo
hasta que el sol se reflejó por completo.
-Mirá...—le dijo a Diego—mirá...
Diego miró por sobre el hombro de Felipe y
vio al sol reflejado en el espejo.
- Fijate —dijo Felipe metiéndose rápidamente el espejo en el
bolsillo del guardapolvo—
¿... viste..?
Los ojos de Diego se agrandaron de
asombro. Se fueron juntos.
El brazo de Felipe rodeó el hombro
de su amigo. Miraron hacia atrás...el sol ya no estaba...
Se apuraron...la noche se les
venía encima.
Claro que se puede, solo se necesita un espejito, el momento oportuno y mucha confianza en que va a salir bien.
ResponderEliminarHermoso cuento.