niños son así, se ríen de estas cosas), quizás hasta lleguen a envidiar su decisión de dejar de ir al colegio para acudir a ver los títeres o para ir al País de los Juguetes, pero, como Pinocho recibe el castigo que se merece, y sufre continuos descalabros, y sinsabores, cabe una segunda lectura, una lectura quizás menos festiva y más seria, casi transversal: es preferible ser pobre de bolsillo que de corazón, la miseria económica se puede soportar, y el que es pobre de corazón, el cobarde, el vago, el que busca malas compañías y huye de sus responsabilidades, ése, recibirá su merecido. Pero, y aquí, hay otra lectura, hasta el más cabeza dura, el que aparenta que no tiene corazón, puede un día encontrar un motivo para esforzarse en ser bueno y caritativo.
En la biblioteca vive el Mono de la Tinta. Se esconde entre mis libros y acecha mis tinteros. Cuando cree que no lo veo, olisquea mis lapiceras. Se trepa a una pila de libros y, por sobre mi hombro, trata de adivinar qué escribo. Escucho su respiración acompasada, anhelante, mientras lee. Lo sospecho en puntas de pie, haciendo equilibrio, pero, cuando me doy vuelta, siempre desaparece.
Dos cosas le gustan sobremanera: La tinta y las historias.
El otro día, al caer el sol, me acerqué silenciosamente. Me escondí en las sombras, detrás de las cortinas. La noche avanzaba lenta como el río espeso de mis sueños.
Entonces, cuando ya casi se me cerraban los párpados, lo vi: se acercó canturreando una cancioncita pegadiza y destapó todos los tinteros en un bailecito alegre. Después, sentado sobre sus patas sacó una historia del tintero con sus dedos largos.
“Había una vez…”. Y la tinta, sangre del cuento, se deshizo en gotas negras sobre el piso, desmigajándose en mil historias de dragones, de caballeros, de batallas, y en la historia de un mono que bebe tinta, una tinta negra y brillante, como los ojos negros del Mono de la Tinta…
Gabi Casalins, septiembre de 2013
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miércoles, 19 de marzo de 2014
Pinocho de Carlo Collodi
niños son así, se ríen de estas cosas), quizás hasta lleguen a envidiar su decisión de dejar de ir al colegio para acudir a ver los títeres o para ir al País de los Juguetes, pero, como Pinocho recibe el castigo que se merece, y sufre continuos descalabros, y sinsabores, cabe una segunda lectura, una lectura quizás menos festiva y más seria, casi transversal: es preferible ser pobre de bolsillo que de corazón, la miseria económica se puede soportar, y el que es pobre de corazón, el cobarde, el vago, el que busca malas compañías y huye de sus responsabilidades, ése, recibirá su merecido. Pero, y aquí, hay otra lectura, hasta el más cabeza dura, el que aparenta que no tiene corazón, puede un día encontrar un motivo para esforzarse en ser bueno y caritativo.
UNA CITA CON LOS LIBROS… UN ENCUENTRO DE LECTURAS
El día 15 de marzo asistimos a una cita muy especial. Un encuentro con libros y con lecturas. El encuentro se dio en la ciudad de Ensenada y fue organizado por las profesoras Marcela Ramírez y Liliana D’Agustini, directoras del Portal de los Libros. Este sitio cumple dos años de existencia y sus promotoras reciben cálidamente a los lectores quienes nos dispusimos a recorrer con la vista y con el corazón palabras, ilustraciones, miradas y, por qué no, silencios.
sábado, 8 de marzo de 2014
Esta vez les traemos a un querido poeta y narrador de nuestra querida ciudad de La Plata, quien, si bien no se ha dedicado a la escritura para niños, nos regala un cuento que habla sobre ellos.
Se llama Luis Edgardo Soulé, nació en San Nicolás de los Arroyos, es platense por adopción y, además, un querido amigo.
-Mi papá dice que no se puede...
Diego lo miró fijamente con sus ojos agrandados de asombro.