En la biblioteca vive el Mono de la Tinta. Se esconde entre mis libros y acecha mis tinteros. Cuando cree que no lo veo, olisquea mis lapiceras. Se trepa a una pila de libros y, por sobre mi hombro, trata de adivinar qué escribo. Escucho su respiración acompasada, anhelante, mientras lee. Lo sospecho en puntas de pie, haciendo equilibrio, pero, cuando me doy vuelta, siempre desaparece.

Dos cosas le gustan sobremanera: La tinta y las historias.

El otro día, al caer el sol, me acerqué silenciosamente. Me escondí en las sombras, detrás de las cortinas. La noche avanzaba lenta como el río espeso de mis sueños.

Entonces, cuando ya casi se me cerraban los párpados, lo vi: se acercó canturreando una cancioncita pegadiza y destapó todos los tinteros en un bailecito alegre. Después, sentado sobre sus patas sacó una historia del tintero con sus dedos largos.

“Había una vez…”. Y la tinta, sangre del cuento, se deshizo en gotas negras sobre el piso, desmigajándose en mil historias de dragones, de caballeros, de batallas, y en la historia de un mono que bebe tinta, una tinta negra y brillante, como los ojos negros del Mono de la Tinta

Gabi Casalins, septiembre de 2013

sábado, 19 de octubre de 2013

La maldición de las Brujas


Ficha técnica de la película

Título original: “The Witches”
Dirección: Nicolas Roeg
Año: 1990
País de origen: Inglaterra y Estados Unidos
Duración: 75 min.
Guión: Allan Scott, basado en el libro de Roald Dhal editado en 1983.
Producción: Lorimar Film Entertaiment, Jim Henson Productions
Música: Stanley Mayers
Elenco: Angelica Huston, Mai Zetterung, Bill Paterson, Brenda Biethyn, Rowan Atkinson, Jasen Fisher.

“Las Brujas” es, sin dudas,  uno  de los libros más magnéticos del escritor inglés Roald Dahl. Como tantas otras de sus obras, esta también fue llevada al cine. Fueron el director Nicolas Roeg y el productor Jim Henson (Los Muppets, Laberinto) quienes se animaron a abordar una historia para niños que camina entre el terror y las aventuras.
Aventuras, porque el personaje principal y su temeraria abuela fumadora de puros no dejan de vivirlas. Terror, porque  en todo momento se enfrentan a “las brujas”.  Estas señoras, según Roald Dahl, no se visten de negro ni usan sombreros puntiagudos, en cambio, se visten igual que cualquier mujer, por eso, es muy difícil distinguirlas…

El libro, gracias a Dios, da una lista de detalles que nos permiten distinguir a una bruja de una mujer normal. Pequeñas cositas que hacen la diferencia entre la vida y la muerte, si es que uno tiene la mala suerte de cruzarse con una bruja siendo niño.
La película no se queda atrás, y además de contarnos algunos detalles, nos los muestran bien mostrados, para que no tengamos dudas de cómo es una bruja asquerosa disfrazada de señora buena.
Esta historia se adapta tan maravillosamente al lenguaje cinematográfico como un guante hecho a medida. La película no omite ningún hecho importante, manteniendo el espíritu del libro vivito y coleante.

¿Qué tienen de diferente el libro y la película?
El libro tiene muchos más detalles espeluznantes (y unas cuantas palabritas para descostillarse de la risa).
La película tiene un personaje más, una bruja que se vuelve buena.
El libro tiene unos dibujos divertidísimos que muestran hasta la saliva chorreante de la Gran Bruja.
La película tiene un final diferente, tal vez más feliz que el del libro, aunque ambos finales están muy bien.
En fin, lo divertido de todo este asunto es que si leés el libro, la película te va a gustar y mucho, porque es muy fiel y agrega algunas cosas muy divertidas. Y, si ves la película y después leés el libro, el libro te va a gustar y mucho, porque está lleno de detalles geniales que te van a poner los pelos de punta.
El consejo es el siguiente: mirá la película y leé el libro en el orden en que quieras, pero no te pierdas ninguno de los dos. Te aseguramos que ambos te van a dejar desconfiando de todas las mujeres que se te crucen, ¡hasta de tu mamá! ¿La miraste bien últimamente?




Temas para conversar con los papaces, mamaces, abuelos o tíos:
La importancia de los seres queridos en nuestras vidas.
¿El aspecto exterior es importante en el amor? Es decir, ¿hay que lucir de una manera determinada para que alguien te quiera?
¿Se puede ejercer la violencia a través de las palabras? ¿En qué lugar del libro y de la película sucede?
¿Qué pasa con la gente cuando se pone viejita? ¿Puede hacer cosas geniales e interesantes?
¿Sirven las historias para aprender a manejar nuestros miedos?

(Belén de Larrañaga)

No hay comentarios:

Publicar un comentario