Agu Trot de Roald Dahl, ¿una historia de amor de nuestros tiempos? por Gabi Casalins
Agu Trot es la última novela de Roald Dahl. Fue
editada por Puffins Books y se publicó en 1990. Iustrada por Quentin Blake, su
publicación sobrevino justo en el año del fallecimiento del escritor.
A propósito de Quentin Blake, ésta es una de sus novelas favoritas, y en 2013, según detalla el sitio oficial del escritor, el ilustrador presentó una versión en audio narrada por
él mismo.
Existe también un film de 2014 para la
televisión de la BBC que se llama “Esio Trot”, con Dustin Hoffman y Julie Dench
como reparto.
Entrando en materia, podría decirse
que Agu Trot es una historia de amor, y no nos equivocaríamos. Ahondaremos en
este aspecto más adelante.
Sin embargo, como en toda novela de Dahl, ese es sólo el
fragmento de hielo que sobresale del océano, mientras que “la magia” permanece sumergida
para los lectores agudos. Rolad Dahl es un escritor “iceberg”, sin duda.
Fiel a su impulso lúdico, el escritor comienza con el juego desde el título, que no es otra cosa que la palabra “tortuga” escrita al revés.
En el original en inglés, el juego propuesto es doble: la novela se llama “Esio
Trot”, si leemos al revés la palabra que se nos aparece es “Tortoise”, que en
dicha lengua define a la tortuga terrestre y no a la acuática, a la que se denomina “turtle”. Doble juego en la lengua
madre que nos hace adivinar desde el mero título, de qué tipo de animal se
hablará y se le suma a esto la dificultad del juego lingüístico de la escritura al revés. Perdemos esta instancia en la
traducción, pero la historia no deja de ser cautivante por eso, es más, creo
que hoy cobra aún más vigencia por algunas cuestiones del paradigma de la
relación amorosa entre el hombre y la mujer que han cambiado y mucho, en este
siglo veintiuno que estamos transitando. Luego nos ocuparemos de ellas.
Al parecer, y según cuenta el mismo
Roald Dahl en una conferencia ofrecida en la Wright University en Ohio en 1978, la
historia le sobrevino en una visita que realizara al departamento de una de sus
hijas que vivía en Londres. Desde aquel balcón, podía observar, en el piso
inferior, el balcón de una vecina que tenía como mascota a una tortuga
terrestre. Esto motivó su frondosa imaginación e hizo nacer esta historia de
amor. El fragmento completo de la conferencia está, junto con otros valiosos
documentos y borradores de puño y letra del escritor, en el sitio oficial al
que con anterioridad nos refiriéramos.
De dicha
conferencia extraemos y traducimos una perla que da cuenta del proceso de la
escritura de Roald Dahl en esta novela, pero que es aplicable a su narrativa
completa y que habla de un hecho biográfico, cuándo apareció en su vida la
escritura y de sus disparadores para la misma, el absurdo y la comicidad, cito:
(…) What is
interesting about writing is that, unlike wainting or composing music, one
nearly always comes to it latish in life, usually in the late twenties or
thirties.
Now the only point
in telling you this little story is to try to illustrate how the mind of a
writer of fantasy works. It is eager all the time to embrace what is absurd and
far-fetched and above all what is comic(…)".
(Traducción: “Lo interesante de la escritura es que, a diferencia de escribir o componer música, a la
misma casi siempre se llega algo tarde en la vida, generalmente cuando uno tiene entre veinte o treinta años.
Ahora,
el único punto para contarles esta pequeña historia es tratar de ilustrar cómo
funciona la mente de un escritor de fantasía. Está ansioso todo el tiempo por
aceptar lo que es absurdo y descabellado y, sobre todo, lo que es cómico.
")
Al parecer, entonces, la idea sobrevino completa,
prendida a este hecho fortuito de haber observado a la mascota de la vecina y
haberse “dejado ir” en elucubraciones disparatadas e hipótesis de escritura
sobre un animal y su entorno humano, uno de los tópicos que también podemos
observar en “Súper Zorro”, “Los Mimpins”, “La jirafa, el pelícano, el mono y
yo”, o, porque no, “Las Brujas”, por poner algunos ejemplos.
El animal en cuestión se vuelve puente, excusa,
trampolín o metáfora de las actitudes del ser humano, es su visibilizador
automático: en el caso de Agu Trot la tortuga de Mrs. Silver, Alfie, metaforiza
todo el amor que esta viuda tiene para dar. Es la típica mascota-hijo y en ella
ha puesto Mrs. Silver todo sus amor y preocupación. Es solamente este hecho lo
que permite que el engaño perpetrado por Mr. Hoppy surta efecto.
En resumidas cuentas, el amor que Mr. Hoppy es
incapaz de verbalizar a Mrs. Silver, de quien está tan profundamente enamorado
como de las flores de su balcón, se viabilizará con un artilugio que
involucrará a Alfie. Porque, en realidad Mr Hoppy desea fervientemente el lugar
de Alfie y es por eso que decide arrebatárselo:
“Todos los días, cuando el Sr Hoppy se asomaba al balcón y la veía
susurrando a Alfie palabras cariñosas y acariciándole el caparazón, se sentía
absurdamente celoso. Ni siquiera le hubiese importado convertirse en tortuga si
ello hubiera hecho que la señora Silver le acariciase el caparazón todas las
mañanas, susurrándole palabras cariñosas”.
Mr.
Hoppy decide cambiar el centro de atención de Mrs. Silver de Alfie a su
persona: la estratagema se basa en la preocupación de Mrs. Silver por el
lentísimo crecimiento de Alfie (algo que es propio de la tortuga terrestre,
pero que ella desconoce). Por eso intercambiará tortugas paulatinamente más
pesadas y le dará a Mrs. Silver un conjuro escrito al revés que ella usará como
sortilegio para lograr el crecimiento.
En
el texto, ese conjuro exhorta básicamente a la tortuga a alimentarse y crecer.
La dificultad de la lectura al revés lo torna enigmático, básicamente porque el
lector de dicho texto no está esperando este tipo de lectura. Por otra parte,
cabe señalar que esta idea de conjuro o ritual rítmico se ve reforzada en la
versión en inglés que resulta a ojos vista más orgánica y rítmica que en
castellano.
Les
proponemos la lectura de ambas para realizar la comparación.
ESIO TROT,
ESIO TROT! (Tortoise,
tortoise!
TEG REGIBB,
REGIBB! Get
bigger,bigger
EMOC NO,
ESIO TROT, Come on, Tortoise!
GNIPS PU,
WOLB PU, LLEWS PU! Swell up, blow up, sping up!
EGROG! ELZZUG!
FFUTS! PLUG! Gulp,
stuff, guzzle, gorge!
TUP NO TAF,
ESIO TROT, TUP NO TAF! Put on
fat, tortoise, put on fat!
TEG NO, TEG
NO! ELBBOG DOOF! Gobble food! Get on, get on!
Y en castellano:
AGU TROT, AGU TROT, Tortuga,
tortuga
¡ETZAH ROYAM, ROYAM! ¡hazte
mayor, mayor!
¡ECERC,ETAHCNIH, EBUS! ¡Crece,
hínchate, sube!
¡ETATNAVEL! ¡ETALFNI! ¡EDNEICSA! ¡Levántate,! ¡Ínflate! ¡Asciende!
¡ELLUGNE! ¡APMAZ! ¡AGART! ¡Engulle!
¡Zampa! ¡Traga!
¡ADROGNE, AGU TROT, ADROGNE! ¡Engorda, Tortuga, engorda!
¡ETALLORRASED,
ETALLORASED! ¡Desarróllate,
desarróllate!
¡EMOC UN NONTOM! ¡Come
un montón!
Así, el juego propuesto por el autor se
instaura desde todos los puntos de vista posibles: el argumental, el lingüístico, el de la caracterización de los personajes.
En la caracterización de los
personajes nos detendremos un tanto. Mr. Hoppy es un hombre sesgado por una
timidez irremediable. Por el contrario, Mrs. Silver, como lo indica su apellido
(silver: plata), brilla y se muestra como una de las innumerables flores de Mr.
Hoppy. Sí, ella se muestra, es capaz de mostrar sus emociones, preocupaciones y
cuidados ante Mr. Hoppy y ante el mundo.
Tal vez el apellido del protagonista
Hoppy, que quiere decir “lupulado”, es decir que tiene lúpulo, como la cerveza,
nos remita a una parte de su persona que añora la alegría de la fiesta y la
felicidad en la vida. Por otra parte, tal vez haga referencia, según nos
parece, fonéticamente a la palabra inglesa “happy”, hecho que reafirmaría la
idea de sus deseos secretos ante una timidez que le cercena toda posibilidad de
asomo a la fiesta de la vida. Un “hoppy birtday”, no entraría en su realidad,
pero para decidirse a perpetrar el engaño que pone en funcionamiento,
ciertamente algo en su carácter oculto está “lupulado”, es decir debe ser
festivo para animarse al engaño.
Los recursos a utilizar pueden
resultar hoy día controversiales y machistas: la suposición de que Mrs. Silver
no se dará cuenta de que la engaña con el crecimiento de las tortugas, entraña
una mirada de la mujer desde el dominio del hombre, quien la ve como una niña.
Aunque tenga buenas intenciones e incluso esté profundamente enamorado, Mr.
Hoppy utiliza un arma de engaño porque no es capaz de exponerse como amante
ante ella. Eso es claro en la ecuación de este amor.
Por otra parte, Mrs. Silver también
está integrada a un paradigma de sujeción al hombre: ante la posibilidad de
saber cómo hacer crecer a Alfie, ella dirá: “¡Dígamelo!
¡Se lo ruego, señor Hoppy! Seré siempre su esclava.” Lo que corrobora la
teoría es la respuesta silenciosa de Mr. Hoppy: “Al oír las palabras “seré siempre su esclava”, el señor Hoppy sintió
un escalofrío de excitación.”
Y, más adelante, cuando por fin se
unen en el añorado té que Mr. Hoppy quería
tener con ella, luego de la propuesta de matrimonio, Mrs, Hoppy le dirá: “¡No creía que llegara a pedírmelo nunca!
¡Claro que quiero casarme con usted! Aquí, a nuestro parecer, lo que
ambiguamente se evidencia en su respuesta, responde a los patrones de una mujer
de su época: la pasividad frente al varón que también puede esconder, su
conocimiento de toda la trama y el engaño. ¿Lo develará el narrador? ¡De
ninguna manera! En estas cuestiones Dahl es fiel a su época, ya lo ha evidenciado
en su novela “Los Cretinos”, cuando muestra cómo el señor Cretino se burla de
su mujer y la atormenta.
¿Y Alfie? Alfie es asimilable a la figura de Mr. Hoppy, metido en su
caparazón e hibernando largo tiempo, saldrá del mismo con la primavera para
buscar la más bella flor para alimentarse.
En la historia, terminará comprado
en una tienda de mascotas por Roberta, una niña que, finalmente lo hará crecer feliz en el jardín de su casa. Igual
que Mrs. Silver a Mr. Hoppy.
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